Silvia, una chica distante

No sé si os gustará, es una nueva historia bueno y me diréis.

Dios llevo 3 meses con la entrada comprada para ir a ese concierto, tras casi medio año discutiendo con mi madre conseguí que me dejara ir con mis amigas. Aun así no me deja quedarme en una apartamento que han alquilado y me tendré que pasar toda la semana en casa de una prima mía que no veo desde hace casi 3 años, cuando yo tenía 15 y ella 23, coincidimos en una comunión y casi ni hablamos.

Por lo que recordaba ella era castaña, de algo más de metro y medio, con un buen pecho de unos 50 kilos castaña, media melena. Ella siempre me pareció mayor y algo solitaria, quizás será porque nunca la vi acompañada de un hombre, y en todas las reuniones familiares siempre estaba algo ausente, era una chica distante.

Yo era la menor de mis amigas, todas ya tenían los 19 pero yo como soy de finales de año aun tenía 18, también era bajita, como casi todas las mujeres de mi familia, mido 1,60 y peso 52 kilos, castaña de pelo largo hasta media espalda, me encanta llevarlo largo y liso. Para tener un cuerpo tan pequeño tengo un culito redondo y respingón, mi mejor baza, compensaba mi poco pecho, o eso decían mis novios, ya estaba cansada de que me dijeran, a mi las chicas me gustan con las tetas pequeñas, pero bien que miraban las tetas de mis amigas.

Tras 3 horas en coche llegamos a la ciudad del concierto, me pase por casa de mi prima Silvia. Llamé a la puerta. Abrió la puerta un hombre que me sacaba dos cabezas.

-¿Quién eres?

-Soy, Tamara, ¿No vive aquí Silvia?

-Niña te has equivocado tu prima vive ahí, dijo señalando la puerta de enfrente.

-Ahh…, gracias, perdón por molestar.

Que susto me dio, pensé que era una clase de novio de mi prima. Llamé a la puerta de mi prima. Abrió la puerta Silvia, levantando un poco la mirada.

-¿Tamara?..., si que has cambiado, estas guapísima.

-Tú también Silvia, le di dos besos, solo vengo a dejar la maleta, mis amigas me esperan abajo, ¿me das la llave o luego llamo a la puerta?

-No tranquila, no me moveré de casa, pero no llegues muy tarde.

Me fui corriendo por las escaleras hasta el coche, donde fuimos al piso alquilado de mis amigas, que suerte tenían, se podrían llevar a alguien a casa si querían, y podrían beber o hacer lo que quisieran. Un par de horas antes del concierto empezamos a beber un poco, para ir  al concierto ya algo bebidas. El concierto fue alucinante, nos pasamos un poco bebiendo y lo que no  era beber, después del concierto seguimos un rato en el parking bebiendo y fumando. Sobre las 5 de la mañana llegaba a casa de Silvia. Empecé a llamar la puerta repetidamente, iba bastante colocada. Solo se escuchaba Din-Don Din-Don Din-Don Din-Don Din-Don, y a mi riéndome sola. Abrió la puerta enfadada, iba con un culote y una camiseta de tirantes. Susurrándome me dijo:

-Shhh, pasa, joder mira como vienes, ¿qué has hecho?

-Vamos, me voy a dormir que no me aguanto de pie, jajaja.

Se me quedo mirando la cara, -¿Tamara, has bebido mucho?

-Sí bastante jaja, decía mientras me apoyaba en el mueble del recibidor.

Me agarró fuerte del brazo y me llevó hasta el baño. –Va Tamara, desnúdate y metete en la bañera, me decía mientras tiraba de mi top.

Me quitó el top, y luego yo me baje la minifalda y los tiré al suelo, acabé de desnudarme y me metí en la bañera llena de agua. Silvia se agacho y recogió mi minifalda, de la cual cayó una bolsita llena de maría.

-¿Tamara qué es esto?, me grito enseñándomela

-Ostias, susurré, Silvia te juro que no es mía, mañana se la tengo que devolver a una amiga, te lo juro, me salí de la bañera y me puse a hablar con ella.

-Se lo voy a tener que contar a tu madre, digo amenazándome y guardando la bolsita.

Me acerqué a ella, mojando todo el suelo, hasta que estábamos cara a cara. –Por favor, somos primas, no me hagas eso.

Me acarició la cara, me cogió la barbilla. -¿La quieres?, dijo pasándomela por delante, suplícame.

-Ya lo estoy haciendo, no te sirve así, por favor dámela, me arrodillé y le abracé las piernas.

-Jajaja, que patética, adelanto un pié.

Me lancé sobre él le empecé a lloriquear, -Por favor, hare lo que quieras.

-Besa mis pies, decía con una sonrisa de oreja a oreja.

Me tiré sobre sus piernas y apartando su zapatilla los besé y más tarde los lamí. No sé porque pero Silvia gemía, no sé si porque me veía sometida o porque le gustaba que le lamiera los pies. Pero entonces me agarro de mi melena y me levantó, -Que puta eres, ¿no?, se acercó mucho a mi cara y poniéndose un poco de puntitas me beso en la boca metiendo un poco la lengua a traición.

-¿Qué haces?, dije gritando.

-¿Acaso es tu primer beso o qué?, dijo riéndose.

-El primero que me da una tía, y más siendo mi prima joder.

-Va calla si eres una calienta braguetas, ¿A cuántos chicos has calentado hoy eh zorrita?

-Muchos pero da igual, ¿puedo irme ya a la cama?

-Si no quieres que le diga a tu madre lo que fumas, me harás un par de favores esta semanita. ¿Sí o sí?

-Sí, dije resignándome.

-Sígueme, dijo echándose a caminar hacia su habitación.

La empecé a seguirla aun algo aturdida por el alcohol en mi sangre, cuando de repente se giró de golpe asestándome una fuerte bofetada en la cara, no me la esperaba y me caí de culo al suelo soltando un agudo grito.

-Aaaaah, ¿Qué haces?, me has hecho daño, dije acariciándome la mejilla.

-No has entendido, perra, a partir de ahora iras a todos lados como la perra que eres, es decir desnuda y a 4 patas, y como no me hagas caso será peor.

-Perdona Silvia, no lo había entendido.

Me agarró del pelo y me dijo, ya no soy tu prima Silvia, esta semana soy tu Ama, ¿vale?

-Sí ama, me sonó raro.

Llegamos a su habitación y ella se sentó en el borde de su cama.

-¡Siéntate!, me dijo como si de una perra me tratara.

Fui a sentarme a su lado y me echó de la cama de un empujón, entonces me senté en el suelo como una perrita. Me acarició la cabeza como a una perra, y bruscamente me la fue acercando a su entrepierna, colocó mi cara en su culote, aun que estaba tapado notaba el calor que desprendía su coño, ya estaba bastante húmeda.

-¡¡Lámeme perita!! Decía mientras con su mano me restregaba mi cara en círculos sobre su coño.

Saqué la lengua, y repase todo su culote hasta llenarlo de mi saliva, notaba el sabor de su coño y empezaba a gustarme, así que me puse a lamerle y sorber bien su coño. Cuando vio que ya estaba animada, puso su mano en mi frente y me aparto la cabeza, yo hacía fuerza para seguir lamiendo, me quedé de rodillas esperando a ver que iba a hacer, se desnudó delante de mí. Con un gesto consiguió que me volviera a acercar para lamerla. Arqueaba su espalda mientras agarraba las sabanas y gemía. Me estaba empando la cara de sus flujos, estaba tan empapada, cada vez me adentraba  más entre sus piernas, metiendo mi lengua entre sus labios, y lamiendo su clítoris hasta que gritando digo.

-¡Aaahh, chupa, lame que ahora viene lo mejor!

Seguí lamiendo hasta que empezó a chorrear flujos, mojándome la cara y los pechos.  Me entro en la boca y me tragué todo lo que pude, pero mucho cayó al suelo. Silvia me soltó el pelo y se tumbó en la cama jadeando. Tras un rato se levantó y me dijo.

-Tu turno, se fue andando desnuda hasta el salón, yo la seguí a 4 patas sin saber si debía, súbete a la mesa, me dijo señalando una mesita baja de unos 50 cm de alto.

Me subí a la mesa y me puse a 4 patas, mientras ella buscaba algo por los cajones de un armario, giré la cabeza. Me echo una fría mirada.

-No mires puta, no tienes permiso, me giré rápidamente con la mirada fija en el reflejo de mí en la tele.

La curiosidad me estaba matando, al rato note sus manos acariciándome las nalgas, me las separo y pasó su dedo por mi ano, luego bajo un poco y acarició mi coño, una vez que mojo su dedo lo volvió a acercar a mi culo donde empezó a empujarlo. Le costó bastante meterlo. Para que no girara la cabeza me agarraba de mi melena. Era la primera vez que me metían algo por el culo y me estaba doliendo pero tenía miedo de quejarme. Me sacó el dedo, y note algo enorme intentando entrar, me giré.

-¿Qué haces?, llevaba puesto un arnés con un enorme consolador, ¡¡no por favor!!

Seguía haciendo fuerza para abrirme el culo, ni si quiera estaba lubricado y me dolía a más no poder.

-Si quieres que no te duela tócate un poco y se te pasará, tranquila seré buena porque es tu primera vez.

Apoye mi cara en la mesa y con las dos manos empecé a acariciarme el coño, ella me agarró fuerte de las caderas y de un solo empujón me la clavó hasta el fondo, no pude evitar quejarme.

-Ahhhh, ¡eres una zorra mentirosa!, yo gritaba y me quejaba, pero me seguía tocando y estaba bien húmeda.

Ella acerco su mano a mi coño y empezó a frotarme ella también, seguía follándome el culo con violencia, y de vez en cuando me azotaba por el mero placer de hacerme gritar, cuando ya no pude más a gritos le avise.

-Me corro ama, no puedo más, me temblaba todo el cuerpo, el culo me escocía y entonces empecé a correrme como antes en mi vida, descontroladamente gritoneando y gimoteando  y mojando la mesa de manera anormal. Ya me había acabado de correr que ella seguía dándome por culo.

-¿Ya te has corrido putita?, yo quiero más, me la saco poco a poco del culo.

Me coloque de nuevo a 4 patas, y ella se puso delante mi a restregarme el consolador por mi cara, entendí a la primera lo que tenía que hacer, sin usar las manos intenté metérmelo en mi boca. En cuanto me l metí en la boca, me agarro de los mofletes y empezó a follarme la boca, me ahogaba un poco, siempre me había resistido un poco a mamarla, no me gustaba y si lo hacía era a alguien a quien quisiera mucho. Cuando se cansó, se la sacó y empezó a azotarme en la cara, se lo quitó y mientras lo guardaba me dijo.

-Ves a limpiar el baño, has mojado todo el suelo, cuando acabes me limpias la mesa y vienes a mi habitación a dormir, y ves rápido.

Fui a buscar la fregona, le di una pasada rápida al baño y luego mientas limpiaba la mesa se me ocurrió lamer los restos que quedaban de mis líquidos en la mesa, y no me gustó tanto como los de mi prima.

Fui a gatas hasta la habitación de mi prima.

-Ven aquí, me señaló una parte del suelo, hoy duermes en el suelo.

Me tumbo en el suelo, estaba helado, -Silvia por favor, dame algo con que taparme, estoy helada.

 -Calla puta, como vuelva a escucharte duermes en el rellano, y no me llames Silvia, soy tu ama.

Me puse en posición fetal y me dormí helada y temblando.

Por favor comentad, si os gusta, si no o si, o si os parece que ya he explotado demasiado este tema, nuevas ideas cariños :P.